viernes, 7 de agosto de 2009



Hoy me pasaste factura,
nuevamente me dijiste:
No te sientas tranquila,
no te sientas satisfecha
aún debes pagarme.

Hoy oscureciste el sol,
cerraste las estrellas
y en tu afán de dañarme
al infierno me arrojaste.

Hoy me enseñaste que nada era bueno,
que las flores eran ilusiones,
las palabras mentiras,
que los niños eran viejos
y que los jóvenes no existían.

Hoy me negaste la risa
e inauguraste una lagrima amarga
que se deslizo por mi boca
y cerro mi garganta.

Hoy me hiciste daño,
pero aquí estoy,
aún siento mi sangre,
aún siento mi corazón
aún te hago frente,
aún estoy erguida,
aún no has vencido,
aún puedo decirte
no te temo...
Vida.

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